Este fin de semana marca un momento clave en el calendario deportivo global. Desde el tercer fin de semana de competencia en los Campeonatos Mundiales Acuáticos de Singapur, pasando por la conclusión del Tour de Francia, hasta la gran final de la Eurocopa Femenina 2025 entre España e Inglaterra en Basilea, Suiza. Tres eventos que, aunque distintos en disciplinas y geografía, comparten una misma preocupación: la vigilancia estricta contra el dopaje.
La Agencia Mundial Antidopaje (AMA) monitorea con rigor a los atletas participantes, velando por la limpieza competitiva y el respeto a la Lista de Sustancias y Métodos Prohibidos, lo que abre una conversación clave sobre los efectos del dopaje en la salud.
¿Por qué una sustancia es considerada dopaje?
Para ser incluida en la lista de la AMA, una sustancia debe cumplir al menos dos de tres criterios:
- Mejorar el rendimiento deportivo.
- Representar un riesgo real o potencial para la salud del atleta.
- Contravenir el espíritu del deporte.
Es decir, una droga no necesita ser intrínsecamente nociva para ser prohibida: basta con que favorezca el rendimiento y viole los principios éticos del deporte.
Un campo de estudio éticamente limitado
El director del laboratorio antidopaje de Roma, Francesco Botrè, explicó recientemente en el pódcast Euronews Tech Talks que la investigación sobre el dopaje enfrenta desafíos éticos: “No podemos exponer a personas sanas a dosis elevadas de sustancias prohibidas para ver sus efectos”. Esta limitación, sumada a lo reciente del campo, complica la obtención de evidencia concluyente sobre los efectos a largo plazo de muchos compuestos.
Además, la combinación de múltiples sustancias —práctica común entre algunos atletas— dificulta aún más establecer vínculos causales claros entre drogas específicas y consecuencias para la salud.
Esteroides anabólicos: el caso Sinner y los riesgos documentados
Uno de los compuestos mejor estudiados son los esteroides anabólicos androgénicos, utilizados en disciplinas que requieren fuerza y explosividad. Estas sustancias promueven el crecimiento muscular al acelerar la síntesis proteica.
En marzo de 2024, el tenista italiano Jannik Sinner, reciente campeón de Wimbledon, fue suspendido tres meses tras dar positivo por esteroides, según confirmó la AMA.
Los riesgos documentados incluyen:
- Crecimiento anormal del corazón, con engrosamiento de las paredes ventriculares, lo que puede derivar en insuficiencia cardíaca.
- Alteración hormonal severa.
- Estudios han detectado reducción de volumen cerebral en la corteza cerebral entre usuarios crónicos.
EPO y dopaje sanguíneo: resistencia a un precio elevado
La eritropoyetina (EPO), una hormona que aumenta la producción de glóbulos rojos, mejora la oxigenación y, por ende, la resistencia. Es común en deportes de fondo como el ciclismo o el maratón.
El dopaje sanguíneo, por su parte, implica la extracción y posterior reinfusión de sangre propia, aumentando la capacidad de transporte de oxígeno.
Lance Armstrong, siete veces ganador del Tour de Francia, es el caso más conocido. Confesó en 2013 el uso de EPO y transfusiones para mantenerse en la élite.
Estos métodos están vinculados a:
- Trombosis y coágulos.
- Accidentes cerebrovasculares.
- Infartos de miocardio.
Aunque algunos informes antiguos relacionaron muertes súbitas con EPO, estudios posteriores han pedido cautela en esas afirmaciones.
Betabloqueantes: control mental en deportes de precisión
Menos conocidos pero también prohibidos en disciplinas específicas como el tiro deportivo o el tiro con arco, los betabloqueantes reducen la frecuencia cardiaca y disminuyen la tensión física, mejorando la estabilidad.
Uno de los casos más notorios fue el del norcoreano Kim Jong-su, despojado de sus medallas olímpicas en Pekín 2008 tras dar positivo por betabloqueantes.
Efectos adversos conocidos:
- Fatiga, mareos, náuseas.
- Disfunción eréctil.
- Posible relación con enfermedades neurodegenerativas como el Párkinson, aunque faltan estudios conclusivos en contexto deportivo.
Una vigilancia constante, pero imperfecta
Aunque los controles antidopaje son cada vez más sofisticados, los retos persisten: la constante innovación química, la dificultad para detectar microdosis y las limitaciones éticas en la investigación hacen del dopaje un fenómeno complejo.
Este fin de semana, mientras el mundo celebra el esfuerzo y talento de los mejores atletas, conviene recordar que la lucha contra el dopaje no solo busca preservar la equidad en la competición, sino también proteger la salud de quienes llevan sus cuerpos al límite.