La Junta de Libertad Condicional de California rechazó este jueves la solicitud de libertad condicional de Erik Menéndez, uno de los dos hermanos condenados por asesinar a sus padres en 1989, tras una audiencia virtual que se prolongó durante 10 horas.
El fallo representa un duro revés en la prolongada batalla legal de los hermanos Menéndez, cuyo caso ha generado controversia durante más de tres décadas. La decisión, que concluyó que Erik aún representa un “riesgo irrazonable para la seguridad pública”, se basó en su historial de infracciones dentro de prisión, incluidas posesiones de teléfonos celulares de contrabando y consumo de drogas, así como la brutalidad de los asesinatos.
El comisionado Robert Barton, al comunicar la resolución, subrayó que “dos cosas pueden ser ciertas: pueden amarte y perdonarte, y aun así ser declarado no apto para la libertad condicional”. Erik podrá volver a presentar su solicitud dentro de tres años, aunque el gobernador de California, Gavin Newsom, conserva la facultad de revocar la decisión.
Durante la audiencia, Erik expresó arrepentimiento y describió a su padre como un hombre “aterrador y dominante”, reafirmando que en ese entonces creía no tener otra salida. Sin embargo, la junta señaló que su relato sobre defensa propia ha cambiado a lo largo de los años y que su conducta en prisión sigue siendo un obstáculo clave.
La resolución llega un día antes de que su hermano Lyle comparezca ante la misma junta, en un proceso independiente que podría abrir un camino distinto para él. La familia de los Menéndez calificó la decisión como “decepcionante”, pero aseguró que mantendrá la esperanza de que Lyle pueda regresar a casa.
Han pasado 36 años desde que el crimen ocurrido en Beverly Hills estremeció a la opinión pública: los hermanos dispararon contra sus padres, José y Kitty Menéndez, con escopetas en su propia mansión. Desde entonces, el caso ha estado rodeado de acusaciones de abuso, batallas judiciales y un renovado interés mediático, reavivado por documentales y series recientes.
Ahora, con la negativa de Erik, el futuro de los hermanos dependerá no solo de las próximas audiencias, sino también de la decisión final que pueda tomar el gobernador Newsom.
