Geopolítica

Venezuela y EE. UU. logran acuerdo para reanudar vuelos de repatriación de migrantes

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Venezuela y Estados Unidos alcanzaron un acuerdo para reactivar los vuelos de repatriación de migrantes, según anunció este sábado 22 de marzo Jorge Rodríguez, presidente del Parlamento venezolano, en un momento de elevada tensión bilateral por la reciente deportación de venezolanos a cárceles de El Salvador.

Acuerdo tras acusaciones de obstrucción
"Venezuela informa que, en el marco del Plan Vuelta a la Patria, y con el propósito del retorno de nuestros compatriotas a su nación con resguardo de sus derechos humanos, hemos acordado reanudar con el Gobierno de los EE.UU. la repatriación de migrantes venezolanos", indicó Rodríguez, representante del chavismo en las negociaciones con Washington, mediante un comunicado difundido en redes sociales.

El anuncio llega apenas dos días después de que el mismo Rodríguez acusara al Departamento de Estado estadounidense de estar "bloqueando" e "impidiendo" los vuelos de repatriación hacia Venezuela, una situación que habría motivado intensos contactos diplomáticos.

"Migrar no es un delito y no descansaremos hasta que todos los que quieran regresar lo hayan hecho y rescatemos a nuestros hermanos secuestrados en El Salvador", añadió la nota oficial, haciendo referencia explícita a los migrantes recientemente trasladados a prisiones salvadoreñas.

Disputa por deportaciones a El Salvador
Este acuerdo emerge en un contexto de creciente tensión bilateral tras la controvertida decisión de la administración Trump de trasladar a más de 200 inmigrantes venezolanos a una cárcel de El Salvador, bajo el argumento de que pertenecían al grupo criminal Tren de Aragua.

El presidente estadounidense Donald Trump defendió estas deportaciones, asegurando que los migrantes fueron sometidos a un proceso de verificación riguroso. "Me dijeron que pasaron por un proceso de revisión muy riguroso y que eso continuará en El Salvador", afirmó Trump el 21 de marzo desde la Oficina Oval.

Sin embargo, el ministro del Interior venezolano, Diosdado Cabello, rechazó categóricamente esta vinculación, asegurando que ninguno de los deportados tenía relación con dicha organización criminal. Esta versión ha sido respaldada por familiares de los detenidos, quienes afirman que sus parientes fueron señalados arbitrariamente, en algunos casos simplemente por tener tatuajes.

Escrutinio judicial en Estados Unidos
La polémica ha llegado a los tribunales estadounidenses. El juez federal de distrito James Boasberg, con sede en Washington, ha establecido el 25 de marzo como fecha límite para que el gobierno de Trump presente detalles sobre estas deportaciones, mientras evalúa si las autoridades violaron su orden previa de bloquear temporalmente las expulsiones.

Ante esta situación, Rodríguez había anunciado previamente que el gobierno venezolano está contactando a "los mejores bufetes en materia de migración" en Estados Unidos para representar tanto al país como a "todos y cada uno de los migrantes venezolanos" afectados.

Repatriaciones en curso
Paralelamente al anuncio del acuerdo bilateral, Venezuela ha continuado recibiendo migrantes a través de otras rutas. Según informó Cabello, un grupo de 311 venezolanos retornó el jueves a su país en un vuelo de la aerolínea estatal Conviasa procedente de México.

Las cifras oficiales venezolanas indican que desde febrero, 919 ciudadanos han sido repatriados en cinco vuelos diferentes: 190 en una primera operación, 176 que se encontraban en la base militar estadounidense de Guantánamo, y 242 procedentes también de México, además de los 311 del jueves.

El gobierno venezolano ha reconocido que, de los 919 repatriados, 18 "tienen cuentas pendientes que resolver con la Justicia" del país, lo que plantea interrogantes sobre el proceso de recepción y potencial judicialización de algunos casos tras su retorno.

Contexto político complejo
Este episodio ocurre en medio de un panorama político tenso en Venezuela, donde Maduro juró en enero para un tercer mandato presidencial tras una elección cuestionada por la comunidad internacional, y mientras continúa el éxodo masivo de venezolanos que ha llevado a millones de personas a abandonar el país en los últimos años.

El acuerdo para reanudar los vuelos directos de repatriación representa un raro punto de convergencia entre dos gobiernos con profundas diferencias ideológicas, forzados a cooperar pragmáticamente ante una crisis migratoria que se ha convertido en uno de los mayores desafíos humanitarios de la región.