Santo Domingo, República Dominicana.— El Archivo General de la Nación (AGN) iniciará este año una revolución silenciosa: la implementación del Sistema Nacional de Archivo de Documentación Electrónica, un proyecto que promete enterrar las pilas de papel y centralizar la memoria histórica y administrativa del país en servidores digitales. Roberto Cassá, historiador y director de la entidad, aseguró que este salto no es una moda, sino una urgencia global: “El mundo avanza hacia lo digital. Si no nos adaptamos, quedaremos sepultados en el pasado”.
Del papel al “clic”
El sistema, respaldado por un servidor donado por la ONU, integrará documentos de todas las instituciones públicas en una red nacional, permitiendo acceso rápido y reduciendo el caos de almacenamiento físico. “Imaginen buscar un dato sin revolver archivos polvorientos. Eso será realidad”, destacó Cassá en entrevista con Diálogo Libre. La primera fase incluye catalogar y digitalizar archivos existentes, con ayuda de tecnología extranjera de punta.
Aunque instituciones como el Banco Central ya usan sistemas similares, el AGN enfrenta un reto titánico: “Tomará años, pero es el camino”, admitió el director. El proyecto no solo ahorrará espacio —un problema crítico en un país con siglos de documentos—, sino que agilizará trámites ciudadanos y transparentará la gestión estatal.
Beneficios y “trampas” digitales
Para los ciudadanos, el cambio significa acceder a partidas de nacimiento, registros históricos o datos administrativos con un clic. Para el Estado, implicará optimizar procesos y compartir información entre instituciones de forma segura. “Cada entidad decidirá qué documentos son públicos o privados, pero sin secretismos innecesarios”, aclaró Cassá.
Sin embargo, el camino no está exento de riesgos. Aunque Cassá restó importancia a los ciberataques —“nuestros archivos no son jugosos para hackers”—, reconocieron desafíos como la capacitación de funcionarios y la destrucción segura de documentos obsoletos. Además, diferenciar entre documentos digitalizados (escaneados) y electrónicos (creados en formato digital) exigirá software y protocolos más complejos.
¿Adiós al papel?
Aunque Cassá prevé que el papel seguirá circulando unos años, confía en que su declive será inevitable. “El futuro es una red donde hasta el documento más antiguo esté disponible en segundos”, afirmó. Mientras, el AGN trabaja en formar alianzas y capacitar equipos para que la transición no quede en letra muerta.
El proyecto, que ya capta la atención de países de la región, podría convertir a República Dominicana en un referente archivístico en el Caribe. O, como resume Cassá: “Estamos construyendo la memoria del futuro… sin perder la del pasado”.