En una reciente conferencia de prensa desde su residencia en Mar-a-Lago, Donald Trump presentó una serie de comentarios y propuestas que generaron controversia. El presidente electo no descartó el uso de coerción militar o económica para obligar a Panamá a ceder el control del canal, que Estados Unidos devolvió a Panamá en la década de 1990, ni a Dinamarca a vender Groenlandia, argumentando que sería crucial para la seguridad nacional de los Estados Unidos.
Durante la conferencia, Trump también reiteró su amenaza de un posible "desatar del infierno" en Medio Oriente si no se liberaban los rehenes en manos de Hamás antes de su toma de posesión, repitiendo la amenaza en varias ocasiones.
Además, Trump mostró su deseo de expandir la huella estadounidense en el mundo, alineándose con su mentalidad de agrandar todo lo que estuviera bajo su control, similar a su enfoque en adquisiciones durante la década de 1980. En uno de sus comentarios más extraños, sugirió que su administración podría renombrar el Golfo de México a "Golfo de América".
La rueda de prensa, que inicialmente se había anunciado como una presentación sobre desarrollo económico, terminó siendo un espacio para arremeter contra Joe Biden, hacer afirmaciones sin sustento sobre su victoria electoral, y lamentarse por asuntos como las restricciones en perforaciones petroleras y las normas sobre caudales de agua en duchas.
Trump no clarificó la seriedad de sus propuestas sobre Groenlandia y el canal de Panamá, lo que ha dejado dudas sobre sus verdaderas intenciones y el impacto que sus comentarios podrían tener en la política internacional.